EL COMPRADOR


No es que no fuese importante, pero desde luego, al vendedor le parecía excesivo. Aquel cliente estaba en el concesionario mañana y tarde. Y además estaba lejos, muy lejos de decidirse.
Primero que si el motor, luego la potencia, después el rendimiento, más tarde la seguridad, el consumo, la amortiguación,  el confort, el espacio, el equipamiento…Día tras día volvía el comprador con una nueva cuestión que el vendedor pacientemente explicaba.

Después de un mes, y tras una muy meditada reflexión, el comprador decidió el coche que quería. Se sentía seguro, alegre y satisfecho.  El vendedor, contento, se dispuso a hacer el pedido y le preguntó el modelo concreto y color que prefería. El comprador miró perplejo al vendedor.
-¿Y qué me importa? Si desde dentro no lo veo…

El comprador, desde su coche, desplegaba, complacido en su seguridad, una enorme sonrisa. Era esa seguridad lo que más resaltaba y llamaba la atención de todo su exterior.

Autora: Raquel Valdazo. Psicóloga ámbito clínico. Colegiada M-22413

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